Grité tu nombre desde los montes
de mi adorada sureña Bahía
solo me oyeron zarzas y espinas,
soledad… de la que hiere el alma.
Ya nada conseguirá que te nombre.
Soy una persona que camina
entre los llantos de otras bocas
el mío en mi garganta se ahoga,
los ojos me traicionan cada día.
Dejan escapar unas lágrimas cautivas,
olvidar tu recuerdo lo único que ambiciono
lo conseguiré aunque empeñe en ello la vida.
Mirando al Sur, al Mediterráneo eterno,
el Poniente se cuela hasta el alma,
la Ciudad coqueta se mira en ese espejo
cada día más bonita se ve en esas aguas.
Yo, cómo en mis sueños de chiquilla, intentaré imitarla.
Nine
de mi adorada sureña Bahía
solo me oyeron zarzas y espinas,
soledad… de la que hiere el alma.
Ya nada conseguirá que te nombre.
Soy una persona que camina
entre los llantos de otras bocas
el mío en mi garganta se ahoga,
los ojos me traicionan cada día.
Dejan escapar unas lágrimas cautivas,
olvidar tu recuerdo lo único que ambiciono
lo conseguiré aunque empeñe en ello la vida.
Mirando al Sur, al Mediterráneo eterno,
el Poniente se cuela hasta el alma,
la Ciudad coqueta se mira en ese espejo
cada día más bonita se ve en esas aguas.
Yo, cómo en mis sueños de chiquilla, intentaré imitarla.
Nine
2 comentarios:
Nine, precioso poema que lleva como fondo nuestra querida Tierra.
Un beso muy grande.
Este poema lo escribí hace años, Malena, ahora le he añadido la última estrofa.
Gracias por tus palabra, por tus visitas que son muy agradables.
Siempre bienvenida.
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