Ceuta entre dos Mares

Ceuta entre dos Mares
Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él.Paulo Coelho.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Cuando no sabemos lo que se avecina...




Me asomé al Arrecife de las Sirenas, creí verlas bailar entre la espuma que se forma al llegar las olas y golpear o acariciar las rocas. Las vi salir del agua... creí verlas, ¡qué más da!, el espectáculo estaba servido era algo especial, único, y yo una espectadora privilegiada en primera fila en aquel día de primeros de Septiembre con una suave brisa acariciando mi cuerpo, besándome en la boca con el mayor descaro que jamás lo hizo el viento con alguien, tan cerca del Mar Mediterráneo.

Bajé a la playa de las Salinas, me tumbé en la arena mientras la perrita giraba a mi alrededor en una inacabable vuelta al ruedo que ella se había inventado para celebrar, tal vez, que pisaba la arena tantas veces prohibida a los perros. Mientras, mi amor se consumía en una fiebre repentina que lo llevó a los brazos de Morfeo, sentí la soledad en compañía.

Mi hija, muy jovencita, permanecía callada, así solía estar desde hacía unos días, cuando le comunicaron que el chico del que estaba enamorada se había matado en un accidente de tráfico; ya había llorado todo lo que se puede llorar, estaba en esa fase en la que se acaban las lágrimas y se entra en un estado de mutismo de estar perdida entre la gente, incluso entre la que te quiere mucho. Cuando se nos acaban las palabras de consuelo para decirle al que sufre solo podemos pedir que el tiempo pase rápido y cure las heridas lo antes posible.

Al mismo tiempo, mi padre se moría un poco más aquella tarde sin tener yo la más leve sospecha de que esto estaba ocurriendo; se guardaba sus males, los sufría en silencio
no se quejaba nada, nos engañó como a niños convencidos que el mal era pasajero una simple indisposición veraniega que no tardaría en pasar, no sé porqué lo hizo, después de esto toca llorar el doble o el triple, no puedes hacerte a la idea en tan poco tiempo. Es algo parecido a la noticia de un accidente.


Al ignorar lo que en realidad estaba ocurriendo la tarde fue agridulce, es lo que recuerdo. El atardecer en colores, el mar seductor invitando al baño, la arena cálida y el ambiente sosegado lleno de silencio, de paz.

Con el paso de las horas en aquel lugar sentados en la playa nos fuimos impregnando de salitre con ese olor tan característico que allí en las salinas era mucho más intenso, respiré profundamente antes de abandonar aquella orilla tan soñada

En el pueblo de San Miguel encontré cariño y unas atenciones que me emocionaron, ¡qué buenas gentes! Lo sentí así y el recuerdo que guardo es uno de mis tesoros. Todo era bello y especial en la costa de Almería.

¡Hermosa tierra!

Desconocida para muchos entrañable para otros. Espero que siempre conserve ese encanto y la respete todo el que se acerque a ella a sus lugares dónde es tan fácil soñar despierto, sentir el calor de sus gentes y disfrutar de todo lo que ofrece que es mucho.



Nine

martes, 18 de noviembre de 2008

"Cansado"


Sí, estás cansado…
de tanto reír de esa mujer
que creyó en ti como en un dios,
te dio todo lo que tenía
pobre ilusa que no pensó
lo lejos que estás de ella.
Combatió su melancolía
ayudándote a soñar con estrellas
leyendo y releyendo poesías
sin darse cuenta que delicadezas
nunca jamás le dedicarías.
En la tristeza de sus ojos negros
llenos de infinita paciencia
veo a la niña que perdió su muñeco
y no lo buscó siquiera,
tan solo retuvo su recuerdo
y el de las dulces horas que pasó con él,
que se fue a otros lugares
dónde otros brazos cariñosos
dieron amor a su tierno cuerpo
intentando que fuera cómo el de ella.
Ni por asomo lo consiguieron.
Nine

viernes, 7 de noviembre de 2008

Noches azules


Éramos tan jóvenes...teníamos tantos sueños por cumplir...

Paseábamos por aquella arboleda y luego seguíamos el sendero hasta la playa. Bajábamos las escaleras despacio con aquel perrito que siempre se animaba a acompañarnos en nuestros paseos vespertinos. Tu mano asía fuerte la mía y yo me sentía segura, protegida por la fuerza que emanaba de tus ojos cuando me mirabas.

Sentados en las rocas el mar nos mojaba con aquellas gotas espumosas que parecían encajes, algunas, la cara y la ropa, nosotros intentábamos no movernos, pero cada ola que venía lo hacía con más fuerza y así alguna casi nos pasó por encima, entonces salíamos corriendo hasta la orilla con una risa nerviosa en mi caso y allí nos besábamos como dos sedientos, los besos sabían a sal, ¡qué ricos estaban!

¡Qué lejos quedan esos recuerdos!

Te miro a hurtadillas, tú inmerso en la lectura de algún libro o bien viendo una película de la que no quieres perderte ni un solo cuadro, si no, navegas por Internet horas y horas sin volver a puerto dónde yo te espero con los brazos abiertos.

¿Habré perdido mucho encanto? Parece que no porque de noche te abrazas a mí como si te fuera la vida en ello y te recupero de todo el día perdido, luego, nos dormimos cada uno por su lado. Si faltas un día te echo mucho de menos y si falto yo te ocurre lo mismo, sin embargo, los silencios son cada vez más grandes; tú sabes mi vida y yo la tuya, esto da la tranquilidad de saber con quién está uno, espero que no por causa de aburrimiento, por eso, nunca te hago creer que estoy conquistada del todo, que aún queda en mí alguna torre o almena por conseguir. Te hago rabiar un poco fingiendo que no te quiero tanto como te quiero y tú hombre seductor dónde los hayas lo intentas una y otra vez incansable en la lucha ganando todas las batallas.

Pero te quiero...mucho...no sabes ni podrás imaginar nunca, ¡cuánto! Contigo todas las noches son azules. Gracias, amor mío.


Nine

jueves, 6 de noviembre de 2008

A este amor no le tengas miedo



No quiero decirte que una lágrima
nubló tu presencia aquella noche
ya no te esperaba en aquella cima
a dónde llegamos sin reproches.
A pesar de todo siempre supimos
lo que de verdad nos has unido
sentimientos tan puros, hermosos,
llenando nuestras vidas sin retornos.

Te acercaste tímidamente a mi cuerpo
me abrazaste fuerte perdiendo el miedo
yo me aferré a tus brazos, a tus besos
pero... no quise acapararte luego.
Dejé que el aire circulara entre nosotros
no le tuvieras a este amor resentimientos
porque cuando de verdad se ama
se esté lejos o cerca amor se sigue sintiendo.

En mi pensamiento un solo nombre.
¿Mis recuerdos? Presentes, aún te quiero.
¿Mis noches? Amarga soledad, contigo sueño.
Mi vida está llena porque mis ojos te vieron.


Nine