Remanso de paz

Últimamente me siento rodeada de hadas, buenas todas, llenas de ilusiones y esperanzas.

Con palabras mágicas me enseñan que el camino de la vida es muchas veces muy dulce, en este lugar de ensueño, donde el mar siempre está en calma y la ligera brisa besa las mejillas de los que atraviesan el ciberespacio me siento invadida por la paz que mi alma necesitaba encontrar.

Me siento como aquella Hada de Agua que desde pequeña soñé ser.

Camino descalza por la arena y ya no siento pesar de ir descalza por mis sueños, corriendo en pos de amores imposibles de anhelos inalcanzables.

Todo es posible en un mundo fabricado con ideales, con justicia, con amor a la humanidad sin razas, ni fronteras. En el cual el idioma no es un obstáculo para entenderse y la religión está ubicada en el corazón de cada uno en forma de amor a los demás.

Es cierto que Dios se vale de ángeles para cuidarnos, hacernos más llevadero el camino, conseguir sueños y estos ángeles están tan cerca de nosotros…, peores ciegos son los que no quieren ver, porque si miráramos un poco a los ojos de la gente los veríamos sin dificultad.

Los encontraríamos a cada paso en las cosas sencillas que nos suceden, en la sonrisas de los niños y de los ancianos, en los gestos de los seres indefensos, incluidos los animales.

En los momentos de felicidad los vemos claramente, pero deberíamos verlos también en los que no lo son porque como dijo aquel escritor famoso:”Dios escribe derecho con renglones torcidos”,
( genial frase de Torcuato Luca de Tena ) siempre hay una lección que aprender en su lectura.


Nine