Sí, estás cansado…
de tanto reír de esa mujer
que creyó en ti como en un dios,
te dio todo lo que tenía
pobre ilusa que no pensó
lo lejos que estás de ella.
Combatió su melancolía
ayudándote a soñar con estrellas
leyendo y releyendo poesías
sin darse cuenta que delicadezas
nunca jamás le dedicarías.
En la tristeza de sus ojos negros
llenos de infinita paciencia
veo a la niña que perdió su muñeco
y no lo buscó siquiera,
tan solo retuvo su recuerdo
y el de las dulces horas que pasó con él,
que se fue a otros lugares
dónde otros brazos cariñosos
dieron amor a su tierno cuerpo
intentando que fuera cómo el de ella.
de tanto reír de esa mujer
que creyó en ti como en un dios,
te dio todo lo que tenía
pobre ilusa que no pensó
lo lejos que estás de ella.
Combatió su melancolía
ayudándote a soñar con estrellas
leyendo y releyendo poesías
sin darse cuenta que delicadezas
nunca jamás le dedicarías.
En la tristeza de sus ojos negros
llenos de infinita paciencia
veo a la niña que perdió su muñeco
y no lo buscó siquiera,
tan solo retuvo su recuerdo
y el de las dulces horas que pasó con él,
que se fue a otros lugares
dónde otros brazos cariñosos
dieron amor a su tierno cuerpo
intentando que fuera cómo el de ella.
Ni por asomo lo consiguieron.
Nine
2 comentarios:
Nine, te he enlazado para que los demás bloggers puedan tener la oportunidad de conocerte.
Un beso.
Muchas gracias Malena. Tengo un poco de miedo, ya sabes lo tímida que soy.
Espero que todos los que lean mis datos personales y dirección de correos sean capaces de entender que los escribí con mucho
sentido del humor.
Un fuerte abrazo.
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